Hoy en día, cuando el deporte y la moda se cruzan, el año 2023 presenció un aumento sin precedentes en las colaboraciones entre marcas de lujo y atletas profesionales, creando un momento imperdible en la combinación de estas industrias. Esta “victoria” no se trata simplemente de respaldar productos; es una sinergia que encarna estilo, rendimiento e influencia cultural.
Comenzando con uno de los movimientos más grandes, tenemos a LVMH y los Juegos Olímpicos. Representa una alianza monumental que entrelaza el lujo y los eventos deportivos globales. En un acuerdo estimado en alrededor de 500 millones de dólares, LVMH se convirtió en socio oficial de los Juegos Olímpicos, marcando una inversión significativa en la intersección de la moda, el prestigio y el deporte.
De manera similar, la innovadora relación entre SKIMS de Kim Kardashian y la NBA ejemplifica la intersección de la moda, la comodidad y también el deporte. En un movimiento sin precedentes, SKIMS se convirtió en el proveedor oficial de ropa de salón y ropa interior para la NBA, revolucionando la forma en que los atletas abordan la vestimenta fuera de la cancha. Esta colaboración representa un cambio en la percepción de la ropa deportiva, enfatizando no solo el rendimiento en la cancha, sino también la comodidad y el estilo fuera de ella.
Volviendo a la joya de la corona de LVMH, la colaboración entre Carlos Alcaraz y Louis Vuitton es un testimonio de la fusión de arte, deporte y alta moda. En un acuerdo multimillonario, Louis Vuitton firmó una asociación con el reconocido jugador de tenis, marcando un hito en la convergencia de la cultura callejera y el lujo.
La importancia de estas colaboraciones trasciende los simples lanzamientos de productos. Destacan la relación simbiótica; los atletas profesionales, como iconos culturales, extienden su influencia más allá del campo o la cancha.
Por último, pero no menos importante, está Serena Williams, quien recibió el Premio al Icono de la Moda en los premios CFDA hace unas semanas. Una mujer poderosa que ha colaborado con casas de lujo como Balenciaga, Stuart Weitzman o Versace. Y dentro del mundo del tenis, está Jannik Sinner, quien representó a Gucci en Wimbledon y generó 2.9 millones de menciones en redes sociales, contrastando el valor en dólares estadounidenses.
El deporte y la moda se convirtieron en un gran equipo. Más allá de los productos tangibles, estas asociaciones simbolizan un cambio cultural, donde la destreza atlética se encuentra con el diseño de alta gama, estableciendo nuevos estándares y remodelando la narrativa del lujo inspirado en el deporte.
Por
THE J-NESS