Después de un Mes de la Moda realmente conmovedor y caótico, sobre todo, incluyendo Nueva York, Londres y Milán; París ha cerrado uno de los movimientos más grandes y ocupados en la moda y creatividad actuales, mostrando desfiles, pasarelas y eventos. Aquí profundizamos en los aspectos más importantes de la semana hasta ahora:
Momentos virales
Parece ser lo que todas las marcas buscan en este momento. No el dinero o el aumento de ingresos, sino hacer que todos, especialmente Internet, hablen, compartan y comenten sobre lo que está sucediendo. Un buen ejemplo podría ser la estrategia de relaciones públicas de The Row al prohibir los celulares y las redes sociales en la presentación de su desfile.
Vuelta a las raíces
Casi cada marca juega a la nostalgia hoy en día. Desde la inspiración de los años 60 y la propia Miss Dior en el desfile de otoño/invierno 2024 de Maria Grazia Chiuri presentado al inicio de la PFW, hasta la propuesta de malla inspirada en el archivo de Anthony Vaccarello para Saint Laurent.
Cambio imparable
Chemena Kamali ha debutado en Chloé con uno de los desfiles más aclamados de la semana, tocando el corazón y la esencia misma de la marca, trayendo de vuelta el chic bohemio, la interpretación de Lagerfeld del Prêt-à-Porter desde su creación y la feminidad; aún siendo una de las pocas mujeres al frente de poderosas marcas de moda, hay más que esperar de ella, Seán McGirr en Alexander McQueen y más.
Los desfiles lo son todo
La gente anhela momentos para recordar, ropa que cuenta historias por sí misma, escenarios que pueden vivir para siempre en sus cabezas gracias a grandes momentos y desfiles del pasado. Ahora las referencias claras son Chanel por Virginie Viard, Louis Vuitton por Nicolas Ghesquière o Mugler por Casey Cadwallader.
¡Es un mundo Miu Miu!
Sin vuelta atrás, Miuccia Prada ha entregado la colección más esperada de cada PFW, Miu Miu lo gana cada vez construyendo la estética de la década y su increíble alcance dentro y fuera de las redes sociales. Esta vez con una nueva interpretación de la feminidad, el bordado y los uniformes clásicos, la marca siempre disruptiva gana el juego de nuevo.
Por
Juan José Jaimes